13.09.10
La obra y el cuerpo, la arquitectura y el cuerpo.
El acceso al Museo del Prado, para ver la exposición temporal de “TURNER Y LOS MAESTROS” se realiza por la puerta del lado izquierdo del prado, conocida como puerta de los Jerónimos, al entrar en el museo la sensación de frescor en comparación con el calor veraniego del exterior, resulta agradable, esto se debe en gran parte al suelo de mármol, que ayuda a dicha sensación, así como la amplitud del recibidor que hay que atravesar para poder llegar al inicio de la sala dedicada a esta exposición. La amplitud de los techos y de los pasillos, te ayuda a relajarte y con ella se respira paz, el hecho de que no hubiese que esperar para acceder tanto en el museo como en la exposición, hace mas cómoda la visita.
La sensación al recorrer las salas de la exposición son completamente opuestas, el espacio holgado que tenía el acceso al museo, no es comparable con la sala en la que se exponen las obras ya que esta, está compuesta de numerosos pasillos estrechos que unidos al cúmulo de gente, hacen difícil el disfrute de las obras. El suelo de la sala es de madera, por lo que la sensación ya no es fresca si no todo lo contrario, y las paredes en vez de luminosas y blancas como las de la primera estancia, son de color marrón y con luz artificial, que se suman a la sensación de calor y sequedad en el ambiente. Todo esto crea una sensación que no favorece a las diferentes personas que acuden a observar las obras, ya que por las salas no se puede pasear tranquilamente, ni pararse en las obras deseadas, la entrada debería estar restringida a grupos mas pequeños, porque en determinados cuadros, no se puede uno acercar de la cantidad de gente que ya hay delante. La diferencia en los tipos de marcos que encuadran las obras aunque están en consonancia con el ambiente que se intenta trasmitir en algunas ocasiones dificulta la observación por su diferencia en estilo entre unos y otros. En el conjunto de las diferentes salas, hay un exceso de ruido, otra vez provocado por la cantidad de gente que hay en un espacio tan pequeño, esto sumado a lo cerca que se encuentran unos cuadros de otros, supone que es muy difícil prestar atención a una obra sin estar viendo la que esta al lado. Otra cosa que me gustaría destacar es que algunos rótulos de los cuadros no están bien situados, y pueden dar lugar a confusiones, por otro lado las anotaciones en las paredes que van unidas a las diferentes temáticas de la exposición me resultan muy interesantes y que favorecen al entendimiento de la colocación de las obras.
El ambiente en general en el que me vi envuelta cuando recorrí las diferentes salas, fue de admiración y rechazo por parte de los diferentes cuadros, y sin duda de tensión por parte del ambiente material, como las salas, el calor, o la disposición de los cuadros, que hacía que pasases rápidamente de uno a otro.
Sin duda me parece muy positiva la continua comparación, con los artistas que inspiraron a Turner, ya que me parece que queda perfectamente reflejado y explicado según se avanza la exposición, pero la distribución del espacio no esta del todo adecuada a la cantidad de obras que se quieren enseñar, ni a la cantidad de personas que van a ir a visitarlas.
Al entrar en la cálida sala, que guardaba las obras de los maestros el cuadro de motivo naval cautivó mi atención, para mas tarde ser desviada al reconocer varias caras conocidas que compartían mis intenciones al visitar el museo. La gente de diferentes edades y con diferentes ambiciones se mostraba en los continuos comentarios que se podían escuchar entre el ruido de los pasos, los cuchicheos y las llamadas de atención. Jóvenes que se asombraban ante tales maravillas, personas adultas que venían a dejarse impresionar, turistas que se habían encontrado con la exposición de casualidad al llegar al museo, pero todos observando y comentando, cada uno a su manera y cada uno con su visión personal. Paseando por los pasillos reinaba un sentimiento de procesión, ya que cada uno iba detrás del otro, sin poder desviarte con facilidad del camino impuesto, ni poder pasear entre los cuadros, que estaban sometidos a continuas miradas y análisis. Lo que faltaba en la exposición era la visión infantil, ni un niño en la sala, ni siquiera aquellos que se limitan a acompañar a unos padres interesados, no la sala no vio esa tarde ninguna mirada inocente.
El enfrentamiento con los cuadros.
La intención comparativa con los artistas en los que Turner se inspiro, y con los que compitió durante su vida como artista me resulta muy interesante, y esta perfectamente explicada, también se puede ver muy bien sus diferencias como pintor, y su evolución.
Siguiendo esta intención, sin duda la obra esta bien montada, quizás haría mas hincapié en separar las obras en grupos, quedando mejor marcadas en las diferentes paredes, evitando el salto continuo entre cuadro y cuadro e intentando buscar la posible reflexión que puede dejar cada obra en los paseos por las salas.
Si tuviese que hacer una pequeña selección de los cuadros que más me han gustado, y me han trasmitido o conmovido, serían los siguientes:
- Interior de la catedral de Durham
- La factura impagada, o el dentista reprobando la prodigalidad de su hijo
- ¡Lo que queráis!
- Roma desde el Vaticano. Rafael, acompañado por la Fornarina, preparando sus cuadros para la decoración de la Logia
- Venecia desde el pórtico de la Madonna della Salute
- Arenal de Calais, marea baja, pescadores recogiendo cebo
En general en estos cuadros me impresionó el uso de los colores y la luz, en algunos de ellos se usaba con especial detalle, llegando a obtener impresionantes juegos de luces y sombras, que dejan ver fascinantes contrastes.
Por otro lado me parece precioso como representa el mar en la mayoría de sus obras, llegando a trasmitirme cercanía al mismo, y mucha similitud con la realidad, en algunas de ellas, como en Palestrina, parece que el agua corre por el río dentro de la obra.
En cambio si tuviese que destacar cuales son las obras que mas rechazo me han producido, o simplemente no me han dicho nada, serían las siguientes:
- Naufragio de un carguero
- Eneas y la sibila, lago Averno
- Castillo de Dolbadern, en el norte de Gales
- Tormenta de nieve: Aníbal y su ejército cruzando los Alpes
- La caída de una avalancha en los Grisones
Estos cuadros no me han llamado la atención, ya sea por la temática o por el uso de los colores, en general estos cuadros eran muy oscuros y apagados, o grotescos, por lo que no me resultaban interesantes o bonitos como para ser admirados.
No hay comentarios:
Publicar un comentario